1Ahora se han reunido muchas naciones contra ti y dicen: "¡Sea profanada, y vean nuestros ojos la ruina de Sion!" 2Pero ellos no conocen los planes de Jehovah ni comprenden su consejo, a pesar de que él los ha juntado como a gavillas en la era. 3¡Levántate y trilla, oh hija de Sion! Haré que tu cuerno sea de hierro y tus uñas, de bronce. Desmenuzarás a muchos pueblos, y consagrarás a Jehovah el botín de ellos, y sus riquezas al Señor de toda la tierra. 4Acontecerá en los últimos días que el monte de la casa de Jehovah será establecido como cabeza de los montes, y será elevado más que las colinas; y correrán a él los pueblos. 5Muchas naciones vendrán y dirán: "Venid, subamos al monte de Jehovah y a la casa del Dios de Jacob, para que él nos enseñe sus caminos, y nosotros caminemos por sus sendas." Porque de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehovah. 6El juzgará entre muchos pueblos y arbitrará entre naciones poderosas, hasta las más distantes. Y convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en podaderas. No alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán más para la guerra. 7Cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera. Y no habrá quien los amedrente, porque la boca de Jehovah de los Ejércitos ha hablado. 8Aunque ahora todos los pueblos anden cada uno en el nombre de sus dioses, con todo, nosotros andaremos en el nombre de Jehovah nuestro Dios, eternamente y para siempre. 9"En aquel día, dice Jehovah, juntaré a la oveja que cojea y recogeré a la rechazada que yo maltraté. 10De la que cojea haré un remanente, y de la agobiada haré una nación poderosa. Y Jehovah reinará sobre ellos en el monte Sion, desde ahora y para siempre. 11Y tú, oh torre del rebaño, colina de la hija de Sion, a ti vendrá el gobierno de antaño; el reino vendrá a la hija de Jerusalén." 12Ahora, ¿por qué gritas tanto? ¿Es que no hay rey en ti? ¿Acaso ha perecido tu consejero? ¿Te ha sobrevenido dolor como a una mujer que da a luz? 13Sufre dolor y gime como una mujer que da a luz, oh hija de Sion, porque ahora saldrás de la ciudad, su guarida, de rapiña.