1Canción de las gradas: de David. SEÑOR, mi corazón no se ha envanecido, ni mis ojos se enaltecieron; ni anduve en grandezas, ni en cosas maravillosas más de lo que me pertenecía. 2Sino que me puse en silencio , e hice callar mi alma, sea yo como el destetado de su madre; como el destetado de mi propia vida. 3Espera, oh Israel, al SEÑOR desde ahora y para siempre.